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En cualquier proceso de compraventa —desde pymes familiares hasta operaciones complejas— aparece siempre la misma pregunta: ¿qué determina realmente el valor de una empresa?
A menudo se piensa que la respuesta está en un buen EBITDA o en un año de resultados positivos. Sin embargo, en M&A las cifras aisladas ofrecen una visión incompleta.
El valor de un negocio es multidimensional y se construye analizando estabilidad, rentabilidad, riesgos y capacidad de crecimiento.
Comprender estas métricas es esencial para interpretar correctamente el precio y la calidad del activo.
Toda valoración rigurosa se apoya en tres bloques principales:
Ninguno por separado es suficiente: el valor real surge del análisis conjunto.
Antes de hablar de beneficios, cualquier comprador quiere saber qué tan expuesto está el negocio a riesgos operativos o estructurales.
Entre las métricas más relevantes:
Estas métricas no miden cuánto gana la empresa, sino cuánto riesgo asume el comprador al adquirirla.
La rentabilidad ayuda a entender cómo transforma el negocio sus operaciones en resultados económicos.
Los indicadores más utilizados incluyen:
Estas métricas responden a la pregunta clave: ¿puede este negocio generar beneficios sostenibles en el tiempo?
Hay elementos que no se reflejan directamente en los números pero que influyen de forma significativa en la valoración:
En pymes, además, un elemento crítico es la continuidad del negocio tras la salida del propietario, especialmente cuando éste ha estado muy involucrado en las operaciones.
No todas las ventas aportan el mismo nivel de valor.
La calidad de los ingresos es uno de los factores con mayor impacto en la valoración:
Ingresos estables y poco dependientes de acciones comerciales intensivas suelen traducirse en un valor significativamente mayor.
El valor de un negocio no proviene de una única cifra.
Es el resultado de analizar cómo interactúan estabilidad, rentabilidad, posición estratégica y calidad comercial.
Solo combinando estas métricas se obtiene una visión realista del potencial de la empresa y del riesgo que asume el comprador.