El private equity (o capital privado) representa un motor clave en la compraventa de empresas a nivel mundial. Según McKinsey, estos fondos suponen ya el 8% del PIB en Europa y el 17% en Estados Unidos, cifras que no dejan de crecer ante el interés creciente de inversores por participar en el tejido empresarial a través de operaciones de M&A (fusiones y adquisiciones).
Pero ¿cómo piensan los fondos de inversión cuando evalúan la compra de una empresa? ¿Qué criterios estratégicos y financieros determinan sus decisiones? En este artículo te explicamos cómo operan los fondos de private equity y qué papel desempeña Deale como puente entre inversores y empresas.
El private equity es una forma de inversión en empresas no cotizadas en bolsa. Su objetivo es inyectar capital, profesionalizar la gestión y hacer crecer el negocio para, en un plazo determinado, vender la participación con plusvalía o sacar la empresa a bolsa.
Este tipo de inversión suele realizarse a través de fondos gestionados por expertos en análisis financiero, estrategia operativa y procesos de desinversión. A diferencia de otros modelos, el private equity tiene una vida limitada y el compromiso claro de generar retornos atractivos para sus partícipes. Esto obliga a los gestores a pensar desde el primer día en dos aspectos clave:
Ambas cuestiones determinan la lógica de compra de cualquier fondo de private equity.
No todos los fondos de inversión piensan igual. Existen diferentes tipos de fondos dentro del universo del capital privado, y cada uno actúa según su enfoque, nivel de riesgo y horizonte temporal.
Se centran en startups o empresas emergentes con gran potencial de crecimiento. Entran en etapas tempranas, asumen riesgos elevados y esperan un retorno en el medio/largo plazo (hasta 10 años). Su nivel de implicación operativa suele ser bajo.
Invierten en empresas más consolidadas, pero que aún tienen margen para crecer. Buscan apoyar ese crecimiento con capital y experiencia, sin tomar el control total de la compañía. Suelen mantener una implicación media y permanecen entre 7 y 10 años.
Adquieren el 100% de la empresa. Normalmente son compañías sólidas y rentables, pero que pueden optimizar su gestión o escalar a otro nivel. El fondo impulsa una revalorización clara y planifica la venta en 4-7 años. Su implicación es muy alta.
Especializados en empresas en crisis o con problemas estructurales. Compran compañías en dificultades con el objetivo de reestructurarlas, profesionalizarlas y devolverles el crecimiento. Requieren alta implicación y experiencia operativa.
Cuando un fondo adquiere una empresa, su rol no es pasivo. Aportan capital, pero también estrategia, procesos y profesionalización. Estas son algunas de las acciones habituales tras una adquisición:
Reducen costes, optimizan procesos internos y ajustan márgenes para ganar eficiencia y rentabilidad.
En muchos casos, los fondos sustituyen a equipos directivos no profesionalizados (habituales en empresas familiares) por ejecutivos con más experiencia.
Los fondos impulsan el crecimiento orgánico o inorgánico, a menudo a través de adquisiciones estratégicas (buy & build) que permiten escalar la empresa más rápido.
Implantan herramientas digitales, profesionalizan el reporting financiero y preparan la empresa para una futura venta (exit).
En Deale conectamos a empresas que buscan socios o compradores estratégicos con inversores cualificados que quieren participar en el crecimiento de compañías del middle market. A día de hoy:
Ya sea para una inversión minoritaria o una compraventa total, en Deale facilitamos el contacto, la negociación y la estructuración de la operación, con apoyo tanto para empresarios como para inversores.
Los fondos de private equity no compran empresas al azar. Analizan el potencial de crecimiento, la eficiencia operativa, el equipo gestor y las posibilidades de salida. Cada fondo tiene su propia estrategia, pero todos comparten un objetivo: incrementar el valor de la empresa antes de venderla.