AGROMILLORA se fundó en 1986 con la vocación de ser una empresa innovadora en la producción viverística de árboles frutales mediante la técnica de multiplicación clonal in-vitro para el mercado local. Después de 35 años, la empresa se ha convertido en líder mundial en su segmento de actividad y dispone de presencia industrial en 11 países en los 5 continentes, emplea de forma directa a más de 1.500 personas y ha aportado numerosas innovaciones en diversos cultivos a través de la introducción de modelos agronómicos sostenibles totalmente mecanizables. Dos ejemplos son los olivos o almendros en alta densidad.
En mi caso, formo parte de la segunda generación de Agromillora, pero siguen activos en la empresa todavía dos de los fundadores de la empresa.
En los primeros años los retos fueron esencialmente de carácter tecnológico hasta lograr que el proceso de multiplicación in-vitro funcionara con efectividad a escala industrial. Este procedimiento de multiplicación de plantas, bien conocido a nivel teórico y para pequeñas producciones, no se había llevado a escala industrial en altas producciones para muchas especies. AGROMILLORA desarrolló múltiples tecnologías en este campo durante sus primeros años de vida hasta lograr metodologías robustas para producciones de millones plantas en laboratorio, consolidando dicha producción inicialmente en España, Chile y Estados Unidos.
En paralelo, otro de los factores clave para el desarrollo de la compañía fue la capacidad para reforzar los equipos humanos para el crecimiento internacional a medida que se empezaron a desarrollar proyectos en otras geografías, (Estados Unidos y Chile, inicialmente).
Después de 25 años de crecimiento y desarrollo internacional del negocio, con una tecnología puntera y ya liderando su segmento de mercado a nivel mundial, los accionistas se plantearon la posibilidad de incorporar un partner financiero que pudiera ayudar a capturar todo el potencial que se intuía que todavía podía tener la acumulación de conocimiento e innovación desarrollada hasta entonces.
Simultáneamente, se empezaba a consolidar un profundo cambio en el negocio agrícola que estaba acelerando la adopción de tecnología masivamente en este sector y dando entrada a muchos nuevos players más profesionalizados.
El hecho que el capital de AGROMILLORA estuviera en manos de varias familias fundadoras también contribuyó a la decisión de introducir un inversor financiero como mecanismo para reforzar el nivel de ambición estratégico y consolidar un modelo de gobernanza y gestión robustos e independientes de las vicisitudes de los distintos accionistas.
Podríamos resaltar cuatro factores que tuvimos en cuenta principalmente:
Adicionalmente, se limitó la búsqueda a fondos que invirtieran en minoría ya que era el principal requisito de partida. Con estas premisas, el fondo elegido finalmente fue NAZCA.
En nuestro caso, podemos afirmar que los objetivos que perseguíamos se han cumplido totalmente, especialmente en dos ámbitos:
En definitiva, se ha transformado positivamente la gestión de la compañía orientándola mejor a la creación de valor para los accionistas a largo plazo.